El que usa el poder para explotar y humillar al débil es un
infame.
El que roba al que cubre sus necesidades con el sudor de su
frente y callosidades en sus manos, es un vil delincuente.
El que para acumular riquezas destruye los bienes que han de
pertenecer a todos, es un inescrupuloso ladrón.
El que sobrevalora los tesoros pasajeros por encima de las
creaciones la inteligencia y de la vida de todo lo que vive, es un monstruoso
caníbal.
Y si juntas todo lo horrible, habrás escrito la historia
criminal de la humanidad.
Esta es la historia del odio.
La criminalidad ha evolucionado, siguiendo siempre los pasos
del mundo de los dueños.
Los carentes de todo marchan en dirección contraria.
Su guía es el amor.
Los grandes dueños se alimentan con la hipocresía y beben
las aguas sucias de la mentira.
Los carentes buscarán afanosamente y su victoria será el
encuentro con la verdad y la justicia.
Hoy, como el texto bíblico, la maldad se esconde en un
sepulcro blanqueado, con un nombre rimbombante, se le suele llamar “la Casa
Blanca”.
Ahí, cada cierto tiempo, cambian al jefe. El de hoy ha
logrado acumular todas las iniquidades de sus antecesores; este es su único
mérito.
Se llama Trump y representa el sueño más preciados de los
tahúres, capaces se segar una o muchas vidas, todo por una “buena mano” en el
casino imperialista.
Trump aspira a cambiar al mundo para ponerlo a sus pies.
Tiene muchas armas pero la principal es la falsedad.
Su principal enemigo es la justicia.
Sus enemigos son los únicos gobiernos que luchan, en América
Latina, para dar justicia a su pueblo: Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Ante el flagrante crimen de la distorsión de la verdad, vale
recordar las palabras de Mateo: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas
que son semejantes a los sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero
por fuera están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también
ustedes, por fuera parecen justos a los hombres, pero por dentro están llenos
de hipocresía y de iniquidad.
Contra la mentira y el odio, triunfarán la verdad y el amor.
Ese es el destino de los buenos.
Artículo: Humberto Vargas Carbonell
Fuente: Periódico Libertad
Fecha: 26/03/2019
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